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Peregrinación a Qoyllurit’i – nieve blanca – resplandeciente

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Cada año, muy cerca al solsticio de invierno, en el mes de junio, y a la reaparición de la constelación de las Pléyades, se realiza la festividad religiosa del Señor de Qoyllurit’i, a la cual asisten miles de peregrinos. Tiene lugar entre las Montañas Qolqepunku y Sinakara, a más de 5.000 metros de altitud. Su celebración se realiza en honor al Señor de Qoyllurit’i (Nieve Blanca-Resplandeciente), cuyo Santuario se encuentra en una hondonada, muy próxima a varios glaciares.

Para las comunidades indígenas, las montañas Qolqepunku y Sinakara son Sagradas y tienen estatus de Apu. En el caso del Apu Qolqepunku, se dice que tiene la facultad de curar; es decir, es un “Apu Médico”.

El Santuario está ubicado en el Distrito de Ocongate, Provincia de Quispicanchis, Región Cusco.

ORÍGENES DE LA CELEBRACIÓN

qoylluriti-4Tal como lo confirman los trabajos etnográficos, el análisis de los componentes de la celebración, y datos etnohistóricos, el origen de la celebración es pre-colombino. Qoyllurit´i es un rito de pasaje, relacionado con el ciclo de la constelación de las Pléyades, y la proximidad del solsticio de invierno, en el mes de junio.

Hoy, esta festividad religiosa es organizada y controlada por la “Hermandad del Señor de Qoyllurit’i”; una organización supeditada a la Iglesia Católica. La versión oficial, acerca del origen de la fiesta, propagada por la iglesia, remonta a 1780 (Año de la rebelión indígena, liderada por Tupaq Amaru II, en contra de la Colonia Española). La leyenda cuenta que, en las inmediaciones del glaciar Qolqepunku, un joven, de tez blanca, habría aparecido a un niño indígena llamado Marianito Mayta. El extraño personaje, que dijo llamarse Manuel, habría hecho que sus alpacas, llamas y carneros se multiplicaran, además que le ayudaba a vigilar al rebaño e hilar lana.

Enterados de ello, las autoridades eclesiásticas decidieron investigar lo ocurrido, in situ, hasta, en dos oportunidades. La segunda vez, cuando  el sacerdote y acompañantes intentaron aproximarse al extraño personaje que se encontraba al pie de una roca, éste emitía una luz resplandeciente y, luego, se convirtió en un crucifijo de madera sobre el cual agonizaba un cristo. Al ver que su extraño amigo ya no estaba, también, el niño indígena; Marianito, murió de pena, al pie de la misma roca, donde le enterraron.

Hoy en el templo, se puede ver la imagen de Cristo, pintada sobre la mencionada roca, donde el joven Manuel se había transformado en crucifijo.

Es interesante ver que el análisis hecho por estudiosos, sobre la leyenda que acabamos de describir, apunta a un relato cosmológico indígena que habría sido modificado, dándole un toque cristiano.

LA PEREGRINACIÓN

qoylluriti-2La inmensa cantidad de peregrinos (Entre 20.000 y 30.000) puede ser clasificada en dos categorías: Los individuales y los grupos de danzantes, denominados comparsas, con sus respectivos grupos de músicos. Cada comparsa está compuesta de unos veinticinco participantes, y el grupo musical, de cuatro o cinco músicos.

La mayoría de los peregrinos realiza un viaje de una noche entera, en buses y camiones, para llegar el Domingo de Trinidad, por la mañana, al pueblo de Mawayani, desde el cual realizan la subida al Santuario, haciendo las respectivas paradas, a cada uno de los quince hitos, marcados por una cruz, siendo el último, la iglesia misma, construida en el Santuario. Varias de estas cruces fueron colocadas, con posterioridad, a las ya preexistentes apachetas precolombinas. En la religiosidad indígena, las apachetas denotan lugares liminares, donde, también, se acostumbra acumular mojones de piedra.

En el transcurso de su ascenso, las comparsas saludan a cada hito, ceremoniosamente, acompañados por la música de alabanza, denominada “Alabado”. Una vez en el Santuario, los peregrinos acampan en sus inmediaciones, agrupados según su procedencia, en forma de “naciones” que, en total, son ocho.

Entre los sitios de mayor sacralidad del Santuario, se encuentra la Roca Sagrada, sobre la cual está pintada la imagen de Cristo, llamado el “Señor de Qoyllurit’i” (Ver la leyenda descrita arriba). Hoy, la iglesia está construida alrededor de dicha Roca Sagrada. El segundo Lugar Sagrado, es la Roca de la Virgen de Fátima, sobre la cual fue colocada la imagen de dicha Virgen. En la antigüedad, para los indígenas, estas dos rocas eran consideradas “huacas” o Lugares Sagrados.

La fiesta transcurre entre música, danzas y procesiones. Además de ello, existe la Ceremonia de las Cruces. En efecto, grupos de Ukuku (Danzantes mitad hombre-mitad osos), de las diversas naciones presentes, suben a los glaciares, llevando cruces, para luego, plantarlas en la nieve, conjuntamente con velas encendidas, de tal manera que el glaciar se metamorfosee en un templo ardiente.

En la noche del lunes al martes, los Ukuku vuelven a subir a los glaciares, para realizar diversas ceremonias de penitencia e iniciación, sobre el hielo y, luego, retornan con las cruces, cargando bloques de hielo cuya agua es considerada curativa.  El reencuentro de todas las comparsas con los Ukuku, al pie del glaciar, da inicio al punto más alto de la festividad que terminan con una misa y última procesión.

Finalizadas las festividades, como complemento de éstas, se realiza una última y larga procesión, al término de la cual la imagen del Cristo Crucificado de Tayankani es devuelta a la Iglesia de Ocongate, escoltada por danzantes y músicos. El recorrido es denominado “de las 24 horas”, pues, se trata de un recorrido de unas dos noches y un día entero. En etapa, dos son las representaciones performativas cuyo contexto es indígena: La primera es el Saludo Ceremonial al Sol Naciente (Salida del Sol), con la observación de su aspecto, que permitirá predecir si el año venidero será bueno o no, mientras la segunda representación, realizada por los peregrinos, es una impresionante coreografía colectiva, en la cual forman figuras en zigzag, separando y entrecruzándose, para lograr una unificación simbólica de todas las naciones participantes, bajo la vista del Nevado Ausangate; el Apu más importante del sur andino.

LOS TRES PRINCIPALES CARACTERES: EL CH’UNCHU, QHAPAQ QOLLA Y UKUKU

qoylluriti-3En el Qoyllurit’i, la devoción está expresada, por medio de música y danzas. Son tres los principales caracteres de la mitología, cosmología y religión andina que son representados en la celebración por intermedio de: los danzantes Ch’unchu, Qhapaq Qolla y Ukuku. Originalmente, la fiesta tenía un carácter eminentemente pastoril, y sólo estas tres representaciones formaban parte de la Festividad del Señor de Qoyllurit’i. Fue recién, a partir de los años setenta, que la concurrencia fue incrementándose, tanto de parte de individuales, entre peruanos y turistas, como de las comparsas que son más de cuatrocientas.

Las representaciones de Ch’unchu o habitantes de la selva, Qhapaq Qolla, del Altiplano, y los grupos de Ukuku quienes son danzantes mitad hombres y mitad osos, son la síntesis de complejos mitos, ritos y símbolos que conforman una especie de columna vertebral de la cultura andina. Finalmente, el análisis de sus trajes, así como la de coreografías y roles que presentan en la celebración, abre una ventana hacia la fascinación y magia de una cultura, cuyo fundamento es milenario y ancestral.

 

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